Nuestras oraciones serán como si habláramos con un amigo

«Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa, nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo.»

(Ellen G. White, Palabras de vida del Gran Maestro, pág. 99)